martes, 30 de octubre de 2012

Las relaciones sociales y el desarrollo del niño



¿Qué sería de la infancia sin los amigos? 

Acudir a la guardería o al cole no sólo aumenta los niveles de conocimiento de nuestros pequeños, también ayuda a desarrollar importantes habilidades sociales.

Los niños aprenden a relacionarse con personas distintas a su familia, empiezan a formar parte de grupos de amigos de su edad, en los que existe confianza y apoyo mutuo.

A través de la relación con el otro, el niño se valora a sí mismo y siente la necesidad de comunicar sus emociones. Al mismo tiempo, se produce un desarrollo mayor del lenguaje. De este modo,  comprende mejor los sentimientos de otras personas haciéndose cada vez más consciente de su existencia.

Cómo se relaciona con otras personas y el trato que recibe de ellas (nos referimos especialmente a padres, hermanos y primeros amigos) influirá en gran medida en la definición que los niños hacen de sí mismos.

En esta etapa, alrededor de los 4 años, se consolidan los patrones de conducta y las normas sociales impuestas por las figuras de autoridad. Es por eso, que para educar a nuestros hijos en la tolerancia y el respeto, resulta fundamental hacer un ejercicio de coherencia o lo que es lo mismo, “predicar con el ejemplo”, adoptando aquellas conductas que queremos transmitir.
 

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