Es bastante común escuchar a algún pariente más o menos cercano que nos advierte del supuesto "peligro" que supone atender a nuestro recién nacido inmediatamente, ya que éste podría "viciarse".
Nada más lejos de la realidad...
El llanto es el principal instrumento de comunicación de un bebé tan pequeño y es necesario tomarlo en cuenta e intentar interpretarlo en todo momento. Bien es cierto, que la respuesta puede variar a medida que el niño crece.
Para un pequeño de tres meses es importante sentir los brazos de mamá, en cambio, a partir de los siete u ocho podemos limitarnos a reconfortarle con nuestra presencia, voz , caricias...
Responder ante su malestar, refuerza su presencia en el mundo ya que el bebé toma consciencia de que sus comportamientos tienen un efecto en el entorno.
