Steiner y su revolucionario enfoque, constituye un movimiento de renovación
pedagógica y cultural, con más de 60 años de vida fructífera en Europa y otros
continentes. El abordaje Waldorf se centra y se desarrolla en los principios
rectores de la Antroposofía o lo que es lo mismo, la sabiduría del hombre. Este
método indica el camino de la autoeducación para despertar las facultades
latentes en cada alma humana.
Esta corriente se distancia del aprendizaje jerárquico,
dirigista y competitivo de las metodologías tradicionales, trabajando conductas
de serenidad, capacidad de reacción, imaginación y sensibilidad artística,
solidaridad y tolerancia entre otras. Gran importancia tienen el arte, los
idiomas y la gramática trabajando a partir de cuentos de hadas, fábulas,
leyendas populares, poesías, etc. con las que el niño va adquiriendo la
formación.
En el aprendizaje Waldorf se trabaja por ciclos de 7 años. No hay libros de textos
en los primeros años de escolaridad, son los aprendices producen sus propios
libros, recopilando experiencias y aprendizajes de la vida cotidiana. Desde muy
pequeños introducen el alfabeto en una forma pictórica, deletreando, recitando,
representando los símbolos.
En las Escuelas Waldorf no existe la jerarquía (no hay
directores) lo cual no significa que no estén organizados. Cada profesor es el responsable de la evolución de sus
alumnos y durante los primeros siete años los niños estrechan sus relaciones
con el mismo profesor-tutor.
Resulta inquietante que aún pasados casi cien años, este método siga resultando revolucionario e innovador, ¿no creéis?
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